Regreso a la pista central : Mientras Nadal juega el tercer set
de la final del Roland Garros, nosotros bajamos a estrenar la piscina. No hay
nadie. Si las ventanas estuvieran abiertas, escucharíamos los gritos de Nadal
al golpear las bolas. A cambio, nosotros le devolveríamos nuestras risas en
esta pequeña pista central donde la arcilla se convierte en agua y las reglas
solo están para saltárselas. Tengo la impresión de que recuperamos el partido
en el mismo punto en el que lo dejamos el año pasado. Todo lo sucedido desde
entonces pierde importancia, solo ha sido una forma de pasar el tiempo en lo
que llegaba este momento.
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