jueves, 31 de diciembre de 2015

La fuerza de la corriente



La fuerza de la corriente : Terminamos el año comiendo. Nunca he visto una mesa tan larga como ésta, repleta de comida. Bastaría con comerse los entrantes para quedar saciado. A un lado están los mayores y al otro los niños: son ellos los que al aumentar de número cada año van empujando un poco más mi silla hacia la zona de los adultos. Este año vuelvo a ser consciente de este movimiento. Empiezo a comer sin prisas. La única manera que se me ocurre de rebelarme es seguir mi propio ritmo. Servirme los bocados de uno en uno.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

La cuerda del telón



La cuerda del telón: La mano que tira en un sentido: llevamos trabajando en esta obra más de dos años y estoy deseando descubrir hasta dónde hemos llegado. Hasta dónde empujan las palabras, el trabajo de los actores, la escenografía, la música, las luces. ¿Será suficiente para mantener el interés de todos los niños que llenan el teatro?. Quiero saber si, además de quejarme de la mierda que se les ofrece en televisión a los niños, en lo que a mí respecta he sido capaz de proponer una respuesta válida. Esto, esto es lo que yo haría. Vamos con la segunda. La mano que tira en sentido contrario: ¿no ves que las palabras ya empiezan a alejarse?

martes, 29 de diciembre de 2015

La humanidad en un radio de seis metros



La humanidad en un radio de seis metros : Las paredes de la vinoteca están repletas de botellas vacías que alguna vez han formado parte de su inmensa carta de vinos. Creo que el que atiende es el dueño. “Prefiero los días normales, sin fiestas, que es cuando la gente viene a beber. Por eso ahora cierro hasta que pasen estas fechas”. Es su forma de disculparse cuando le pido una copa de una uva que no conozco y solo me ofrece de las tres botellas que tiene abiertas.

Pero tengo suerte porque hoy he quedado aquí con dos amigas y podemos saltar de la copa a la botella. Le decimos que nos recomiende  y empezamos con un “Quixote 2007” y terminamos con un “Cerrogallina 2011”. “Hay muy buenos vinos en todas partes. Deberíamos dejar atrás eso de pedir un riverita o un riojita. Lo del diminutivo me pone malo y esa defensa de una zona es ridícula: he puesto a prueba a más de uno con una cata a ciegas y no han sabido diferenciar un ribera de un rioja. Estos os van a gustar”.

Los vinos son un acierto. No solo porque cada copa sea un placer, sino por la sensación que compartimos de que estamos en el sitio justo en el momento preciso. Es más: el núcleo que formamos se va abriendo poco a poco para hacer sentir como nuestra parte de la alegría que hay alrededor. 

Esa impresión no desaparece cuando nos despedimos. Soy más sensible a lo positivo que me rodea en un radio de seis o siete metros. No es una comunión total con la humanidad. Aunque el vino sea bueno, no da para tanto. Pero en ese círculo funciona. Y al ver un montón de cajas de zapatos vacías en la acera de una zapatería me alegro de que hayan tenido un buen día. Alguien habrá llegado a casa cansado pero satisfecho

lunes, 28 de diciembre de 2015

Sano egoísmo navideño



Sano egoísmo navideño: Normalmente consulto los tuppers de la nevera como el entrenador que echa un vistazo a un banquillo del que no espera nada. Tras el lento análisis, los alimentos casi siempre se dividen en dos grupos: los que ya han caducado y los que no me apetece comer, que acabarán en el primer grupo. Después, también despacio, como si abandonara una sala de convalecientes, cierro la puerta de la nevera.

A veces, sin embargo, hay excepciones: un tupper especial al que le dedico el ático de la nevera porque, como un buen vino, trato de reservarlo para un momento especial. En este caso, se trata del que conserva los restos del rape de la cena de navidad. Como me he quedado solo, decido echar mano de él para la cena porque así no tengo que compartirlo y puedo comérmelo directamente de la sartén. No es un comportamiento muy navideño, pero así me aseguro de que esta prórroga conserve el gran nivel gastronómico del resto del partido.  

sábado, 26 de diciembre de 2015

Del bronce al hierro



Del bronce al hierro : Voy a pagar por este goulash mucho más de lo que cuesta, pero no importa. En el MAN nos han enseñado las embarcaciones con las que los fenicios trajeron el hierro. También hemos visto uno de esos templos que construían en honor a Baal y a Astarté. Los años avanzaban de cien en cien con cada paso que dábamos. De la edad el bronce a la del hierro sin apenas darnos cuenta. Como es mejor cuidar la información y no saturarse, hemos decidido dar por terminada la visita a la hora de comer con los fenicios. Sé que este goulash es bastante caro, pero no importa, decía, porque la próxima vez que volvamos al MAN reanudaré la visita desde este plato.

viernes, 25 de diciembre de 2015

El regalo perfecto



El regalo perfecto : Debería existir la costumbre de dejar uno de los  regalos que aparecen a los pies del árbol de Navidad sin abrir y conservarlo en el mismo sitio durante todo el año. Guardarlo para encontrarse con él esos días en los que se regresa a casa siendo menos de lo que se era al salir por la mañana. Ah, el regalo: tocarlo, agitarlo un poco para descubrir qué es y devolverlo a su sitio. Aguantar un año y, al sustituirlo por otro, bajarlo al trastero para poder acudir a él en esos años en los que uno termina siendo menos de lo que era al empezarlos.

jueves, 24 de diciembre de 2015

Quizás nosotros, vistos desde arriba



Quizás nosotros, vistos desde arriba : Este año tenemos embutidos, ensaladilla rusa, rape, steak tartar, almejas y tarrinas de fresas con chocolate de postre. Para beber, un “La cometa” 2014, un “El rincón” 2010, un “El Caire” 2010 y un “Apasionado” de José Pariente.

Lo único que no cambia respecto a la cena del año pasado es el recipiente con macedonia que mi madre vuelve a sacar al final, cuando nadie quiere más. Parece que no le importe que apenas la probemos y que le volvamos a decir, como cada año, que no tiene por qué hacerlo. Tenemos la impresión de que a ella nuestras quejas le dan igual. Pero esta vez me fijo en el cuenco que me coloca y descubro que no es un plato para comer, sino para mirar. La combinación de los colores de las distintas frutas transmite un optimismo que es la mejor forma de acabar la comida. Quizás nosotros, vistos desde arriba, también provoquemos el mismo efecto. 

miércoles, 23 de diciembre de 2015

La evolución no descansa



La evolución no descansa : Hay tanta vida en el numeroso grupo de los mandriles que es posible que durante el tiempo que estamos ahí hayan nacido cinco y se hayan muerto unos cuatro. Huele muy mal, sí, nada que ver con el terreno en el que toma el sol el hipopótamo. También es un grupo ruidoso, claro, que dónde va a parar la paz del inmóvil rinoceronte. Sin embargo, Daniel y yo, como el resto del público que le lanza cacahuetes, no podemos dejar de mirarlos. No sabría qué responderle a Daniel si me preguntara si descienden de nosotros.

martes, 22 de diciembre de 2015

La reserva espiritual de oriente



La reserva espiritual de oriente : A la salida del colegio, como ya viene siendo tradición, las nubes que se han repartido en la comida vuelan por los aires para celebrar el arranque de las vacaciones de Navidad. Normalmente no me opongo a este rito porque, aunque soy reacio a que se juegue con la comida, no sé si algo que viene de China y combina jarabe de glucosa, azúcar, agua, sorbital, almidón de maíz, aromas y colorantes E150, E60a, E 162, E133 y E153 puede considerarse dentro del grupo de los alimentos. Debe haber juguetes más sanos. Pero este año las nubes tienen la cara de los Reyes Magos y, sin dudarlo, declaro que el conjunto es comestible, por lo que me enfrento a Lucía cuando pretende lanzarlos todo lo alto que pueda. De nada valen sus quejas. Hay que demostrarles a los chinos que respetamos su trabajo para que, ajenos a lo que pasa aquí, sigan manteniendo la tradición de representar a los Reyes Magos con rostros masculinos.