martes, 31 de marzo de 2015

Poco cauce para tanta luz



Poco cauce para tanta luz : Todas las calles por las que paseo, camino de la Sala Triángulo, son estrechas. Tengo tiempo hasta que empiece el teatro.  El sol se despide con unas sombras largas y una luz intensa ante la que algunos objetos parecen a punto de doblegarse. Me viene bien recordar que es una mezcla de edificaciones así la que forma un barrio. Ya sé que el ruido por la noche. Y la dificultad para aparcar. Pero me siento cómodo y me voy imaginando viviendo en esta casa, en aquélla. Debería haber seguido caminando entre muros que cuentan lo que pasa detrás de ellos. ¿Cómo iba a saber que la obra de Sergi López iba a ser tan mala?.

lunes, 30 de marzo de 2015

Un ímpetu que moldear



Un ímpetu que moldear : Apuramos la última mañana en Formigal comiendo en un pequeño local que conocimos el año pasado y en el que hoy sí hay mesas libres. En las paredes está expuesta una amplia selección de vinos: todos son sugerentes o por su nombre o por su etiqueta. Pedimos un Pirineos roble 2013 que nos gusta mucho.

“Hay un ímpetu profundo en la naturaleza. Como un animal indómito y noble que, a veces, nos es permitido atraer y moldear. Pirineos da forma y expresión a la bravura audaz del Somontano”

Es posible que pudiera cambiar de opinión sobre el vino en otro momento y situación. Ahora, con poca gente en el restaurante, nuestra mesa ya servida y los mellizos bromeando, el vino ha tenido suerte y lo incluimos en nuestra pequeña fiesta. Celebramos que no hemos sido prácticos y no estamos ya en la carretera para evitar atascos.

Al terminar de comer, los mellizos se meten en un pequeño parque y empiezan a subirse por las atracciones. Cada uno tiene su estrategia para retrasar la salida, así que los miramos sin decirles nada. Al fondo, las montañas. Tantos parques ya. Y ahora éste, quizás el último en el que los vea agarrarse a las cuerdas y tirarse por los toboganes juntos.

domingo, 29 de marzo de 2015

El conductor optimista




El conductor optimista : El conductor del autobús que nos lleva de la zona del aparcamiento a una de las pistas donde todavía queda nieve tiene buen humor. Siempre será mejor hacer este recorrido con los Pirineos de fondo y esquiadores que se suben contentos y descansados y regresan contentos y agotados que llevar a trabajadores dormidos desde Colmenar Viejo a la Plaza de Castilla. Va despacio y recorre con cuidado las curvas como hacíamos sobre el calco para obtener una copia perfecta abajo. No lleva la radio puesta.

A mi lado, una madre habla con su hija en vasco. Solo reconozco algunas palabras en castellano: desastre, coche, ventana, agua. Y claro. Claro la repite muchas veces. Daniel también la usa mucho ahora en vez de vale, mostrando en esos casos que encuentra normal hacer lo que le pides. En cuestión de lenguaje también va creciendo.

Hay momentos de la subida en los que el autobús parece a punto de detenerse. El temblor del motor se nota en los pies. El conductor no se inmuta. Sujeta el volante con una mano mientras con la otra usa un viejo walkie talkie para hablar con la persona responsable de coordinar la situación de los autobuses. Tal vez, más allá de las palabras, también quiera escuchar el ruido del motor para saber si hay que preocuparse.

Me gustaría que el recorrido durara más y disfrutar el punto de vista que se obtiene cada pocos metros. Ninguno mejor que otro. Cuando llegamos a la estación, el conductor se coloca junto a la puerta para ayudar a los viajeros a bajar. Le echa una mano a la madre. Bromea con la hija. Quedan muy pocos días de nieve, con lo que pronto se acabará la temporada de esquí y tal vez su trabajo con el autobús, pero no parece dejar que le afecte. Una de los efectos de estar aquí es que tanto el pasado como el futuro pierden fuerza. Lo único que importa es el presente, extenso y aprovechable como la nieve. 

sábado, 28 de marzo de 2015

La terraza de la estación



La terraza de la estación : Primero hay que admitir que no saber esquiar junto a unas pistas preparadas para ello es un fracaso. Así lo que venga después ya no sonará a coartada. Obligados a estar en el grupo de los que esperan en la terraza, con un vino, no tardamos en descubrir que tenemos una función: mirar a todos los que están en las pistas. Si no se sintieran observados, tal vez no tratarían de aprender más deprisa o no buscarían la elegancia en ese movimiento que se deja en la nieve como el último trazo innecesario de un cuadro.

viernes, 27 de marzo de 2015

Las tareas del huésped



Las tareas del huésped : El sitio más acogedor del hotel es una esquina es la que solo hay una mesa, una silla y una lámpara que emite una luz bajo la cual podría escribir, siempre que fuera a mano, esos textos a los que quizás nunca llegue. Los huéspedes pasan a su lado con esa tranquilidad que da haber llegado a un sitio que tiene lo suficiente para retenerte unos días : nieve, pistas, restaurantes. Debería encontrar un rato para sentarme en esa mesa con unas hojas y un bolígrafo de tinta negra. Tal vez así podría superar en unos centímetros la mejor marca, esa a la que no dejo de enfrentarme. Nieve, pistas, restaurantes. Debería haber encontrado un rato.

jueves, 26 de marzo de 2015

Dioses, héroes y preservativos



Dioses, héroes y preservativos : Son los nueve minutos que faltan para que llegue el metro lo que me anima a mirar la estación. Menos tiempo y habría echado un vistazo a twitter; más y habría seguido con la lectura en el Kindle. Detrás de mí tengo la fotografía de una escultura griega de un hombre desnudo que se usa como reclamo de una exposición. Justo al lado, un dispensador de preservativos. Puedo pensar que haberme colocado justo aquí es una coincidencia. O que el subconsciente ya me había elegido este sitio con la esperanza de que no empleara el tiempo atento a una pantalla y que disfrutara del diálogo entre dos elementos a pesar de la distancia de dos mil quinientos años.

miércoles, 25 de marzo de 2015

La tienda de magia con horario de oficina



La tienda de magia con horario de oficina : Lo leo en una ficha en su puerta camino del trabajo. Y no es que no lo entienda: los magos tienen que dormir, ducharse por la mañana, apuntar que falta leche, llevar a los hijos al colegio mientras se repasa lo más importante de un examen, escuchar con escepticismo las noticias de la radio y buscar un sitio en el que aparcar.

Pero creo que una tienda así debería estar siempre de guardia para poder asomarse y preguntar si hay algún truco que pueda elevar la mañana. Algo corto y efectivo. Como un artículo de Tallón. Un golpe efectivo para que el buey camine con decisión. Encontrarla cerrada es una muestra de que ni la magia no puede hacer algo por evitar los costes que supondría un empleado más.

Habrá que verlo como una lección de que hay cosas que todos afrontamos a solas, sin excusas, sin trucos. 

martes, 24 de marzo de 2015

El camino más corto es de cobardes



El camino más corto es de cobardes : No he hecho este recorrido antes por la mañana porque es un poco más largo, pero a veces es bueno darse un rodeo aunque eso implique llegar un poco más tarde o caminar más deprisa. Hay que ampliar los márgenes para saber dónde está el límite a partir del cual, se haga lo que se haga, se llega tarde al trabajo. Conquistarse. Expandirse. Descubrir qué superficie es capaz de cubrir el tiempo. Tomar la opción contraria a la que el reloj aconseja y hacer una fotografía en ese punto.

lunes, 23 de marzo de 2015

La parsimonia del minutero



La parsimonia del minutero : Con la lluvia cayendo con fuerza, todo va el doble de rápido. El segundero se acomoda al ritmo urgente de los niños con sus paraguas de colores, de los oficinistas que consultan en el móvil cuándo volverá a salir el sol, del repartidor que lleva anotado el número del portal de la entrega en un papel, de la ciclista que abre con la rueda de delante una franja sin agua que cierra la de detrás. A mí también me empuja: siento sus golpes en el hombro, como la vara del ganadero sobre la res. Pero el minutero, después de enseñarle cómo gracias al agua las calles se abren a una elevada profundidad, se pone de mi lado. Y se muestra inflexible : dos vueltas del segundero por cada paso suyo.

domingo, 22 de marzo de 2015

Sé qué escoden tus manos



Sé qué escoden tus manos : Da igual cuál de las manos que me ofreces elija porque una tortilla de patata sobre la mesa y una botella de Pago de los Capellanes recién abierta colman el día. Hay muchos platos que podríamos probar, claro, pero ¿por qué cambiar si éste sigue funcionando todos los fines de semana? El pan en el cuenco de madera, las copas listas, la tortilla dorada por arriba. El cuchillo va cortando los trozos que voy repartiendo en los platos. Antes de que las abras yo te puedo decir qué esconde cada una.

sábado, 21 de marzo de 2015

Es en lo trivial donde nos la jugamos



Es en lo trivial donde nos la jugamos : Claro que todos somos adultos y eficientes, en el supermercado a las nueve de la mañana, pero hay que ponerse los guantes de plástico como si fuéramos cirujanos y cada prueba una elección de la que depende la vida de un paciente. No vale cualquier tomate, cualquier kiwi, cualquier calabacín. Si no se juega con total dedicación, se corre el riesgo de salir con menos vida del supermercado sin saber exactamente por qué y de arrojar los guantes al suelo antes de subir al coche con la sensación otra vez de que hay algo importante que hemos dejado de hacer.

viernes, 20 de marzo de 2015

Tres, mejor tres nubes



Tres, mejor tres nubes : Alguien ha arrancado un trozo del marco de piedra de la ventana, generoso, como quien se lleva una buena porción de empanada ante la insistencia de la abuela. Puede ser vandalismo, pero no veo yo ningún espíritu de destrucción, señora RAE. No. Se puede suponer que se trate de una estrategia para llevarse esta casa a otra parte, igual que se hizo con el Templo de Debod,  que los egipcios nos lo fueron mandando por SEUR piedra a piedra porque todo sabemos que no hay mayor placer que el de construir las cosas en vez de recibirlas ya hechas. Como el Templo de Debod, decía, y cuando nos hayamos acostumbrado a pasar por aquí sin darnos cuenta, ese desconocido arrancará otro trozo. Quizás dentro de un par de meses. Y así seguirá hasta que donde ahora se encuentra este abandonado edificio, cubierto con una malla para evitar que los desprendimientos le hagan una raya definitiva a alguno, solo se vea un solar por el que pasearán los gatos entre flores raras. Y en algún perdido pueblo, una abuela verá, al asomarse a su ventana, la casa en la que vivió de pequeña en Madrid. Ahí, en el prado, rodeada de vacas repletas de leche y dos, mejor, tres nubes en el cielo. Aquí. Aquí. Y aquí. ¡Qué no hará un nieto por una abuela que le prepara unas empanadas así!. Qué no hará mi imaginación por mí cuando le dejo estas frases por la noche para que se dé un paseo, hagas sus cosas, y vuelva a casa a quedarse dormida a los pies del sofá.

jueves, 19 de marzo de 2015

El tenedor de Suñén



El tenedor de Suñén : El cocinero ha espolvoreado chocolate sobre un tenedor para dejar su silueta sobre el plato del postre. Es un truco sencillo y efectivo.  Unos toques. Y me acuerdo de una clase de Juan Carlos Suñén que no sabía que recordaría así: pintó una zona de la pizarra con el lateral de una tiza y después empezó a borrar hasta crear una figura. Fue la misma lección que ahora tengo delante de mí: a lo que se da forma cuando se escribe es a lo que se queda fuera.

Como con la fotografía. Se saque lo que se saque, el objeto final es uno mismo, al que no se deja de asediar. 

miércoles, 18 de marzo de 2015

La reunión de tesorería



La reunión de tesorería : En mitad de la plaza un grupo de trabajadores está levantando una estructura metálica rápidamente. Van enganchando barras metálicas. Siguen el patrón de esos dibujos que se hacen en una hoja cuando la reunión de tesorería del departamento nos aburre. Algunas oficinas dan a esta parte, así que es posible que el que levante la vista del cuaderno vea reflejada en la realidad lo que él tiene en la hoja.

No sé para qué se utilizará esta construcción. Es la hora de comer y el trabajo se detiene. Aunque no se avanzara nada más, en esta zona de comercios y servicios, resulta relajante ver que el esfuerzo puede producir algo físico. Tal vez lo que anhela, sin saberlo, el que, tras mirar a la calle, sigue con los dibujos en su cuaderno sabiendo que nadie propondrá nada nuevo. Otro plan para retrasar pagos. 

martes, 17 de marzo de 2015

¿Para quién trabaja mi memoria?



¿Para quién trabaja mi memoria? : Creo que los carteles electorales son más elocuentes cuando de ellos, después de que alguien arranque varias capas de la pared, solo quedan unos trozos inofensivos. Del hueco en la Historia a la pequeña parcela de la intrahistoria por la que ahora cruzo y ante la que me detengo.

Así trata mi memoria lo que voy colocando en el muro de los días. Faltan las imágenes definidas, las fechas exactas, las frases precisas. Solo queda esto. Una impresión general. Y un mensaje que puedo ir construyendo saltando de una palabra a otra. 

lunes, 16 de marzo de 2015

Las frutas del tópico



Las frutas del tópico : Decía Aristóteles que los tres elementos que constituyen la felicidad de una persona son el poder, las riquezas y las amistades. No seré yo quien le rebata porque hasta que no tenga mucho de los tres no podré darle o quitarle la razón. Lo que sí puedo decirle es que otra forma de ser feliz es comerse de pie en la cocina los fresones valencianos que te regale un agricultor de la zona. Fresón tras fresón. De esto sacos dos lecciones propias. La primera es que para aumentar la felicidad basta con llevarse otro de esos fresones a la boca, con la televisión apagada, los pies descalzos y la ventana un poco abierta. La segunda es que hay que huir de los tópicos: mientras tú compras naranjas de Valencia, otro se lleva, sin hacer ruido, fresones como éstos.

domingo, 15 de marzo de 2015

La caja de petardos



La caja de petardos : Gastamos los últimos petardos en la playa, junto a un muro de hormigón con tres duchas que amplifica el sonido de las explosiones. Los adultos que giran la cabeza al caminar por el paseo celebran lo que en cualquier otro sitio reprocharían. Basta con ver la cara de Daniel para saber que éste es su mejor momento en las Fallas.Tal vez nadie disfrute más de la tregua de estos días que un niño de diez años. Después se trata de compensar esa pérdida de intensidad con el trabajo, el tamaño de las figuras, el sonido violento de la mascletá. Tantos recursos para volver a esta playa. 

sábado, 14 de marzo de 2015

La gorra de Brian Johnson



La gorra de Brian Johnson : Cruzamos el mercado guiados por el que, entre otras frutas, suministra los fresones que se venden en muchos puestos. Y deben ser buenos porque todos le van saludando. ¡Eh!. El responde llevándose la mano a la gorra que lleva, parecida a la de Brian Johnson en los conciertos. Quedan unos pocos minutos para que cierren el mercado, que ha abierto unas horas en plenas fallas. Agradezco este paseo rápido porque aquí el sol parece calmarse iluminando esos objetos que pocos van a ver. Lejos de las fotografías, del olor a pólvora, del ruido de los petardos, de una muchedumbre agitada. Bueno, es aquí, nos dice el guía, levantad la vista, insiste. Mirad.

viernes, 13 de marzo de 2015

La resaca del oso



La resaca del oso : Ocho y cinco de la mañana. En uno de los cubos del carro del basurero hay un oso de peluche. No veo al basurero por la zona, así que es posible que esté en el bar el pulpo pintado en el cristal tomándose algo fuerte para aclarar el día mientras se desahoga con uno de esos habituales que acostumbran a beber despacio: recoger un oso de peluche no es la mejor forma de empezar el viernes. Tampoco me parece que lo sea para los niños que, de camino hacia el colegio, lo vean. Otra cosa que lamentar : no haberlo cogido para lanzarlo bien lejos. 

jueves, 12 de marzo de 2015

Sin el cebo del nombre, regresas vacío



Sin el cebo del nombre, regresas vacío : Este es el menú de hoy jueves : De primero se puede elegir entre sopa de pollo con fideos de soja y cebolleta, ensaladilla de garbanzos y cangrejo, crepe rellena de calabacín y carne, patatas estofadas con orejas, gazpacho con su guarnición o ensalada verde. De segundo, hay salteado de lomo con verduras y salsa agridulce, pescado al horno con patatas a lo pobre y pollo con hierbas empanado, patatas fritas y ensalada. También hay que pensárselo en el postre, con un milhojas de cabello de ángel y crema de vainilla, zumo de naranja natural, yogurt, flan, fruta, helado o café. 10,65 €, IVA incluido.

No sé qué pescado es el que me han servido. Mi madre me dice que es un jurel, que Arguiñano ha comentado que se ha pescado muchísimo y que las pescaderías están llenas. Así que un jurel. Si la transmisión del saber humano dependiera de mí, la siguiente generación recibiría una hoja como las de IKEA que en cinco pasos te enseñan a regar un tiesto.

Sé que todo lo que hablamos se me acabará olvidando. La mitad antes de que vuelva al trabajo. La mesa un poco coja. Los camareros filipinos. La pequeña botella con vino de la casa que me sirve para saber cómo está de verdad mi madre: si me pida que le sirva, es que no hay nada hoy que le duela. El sol afilándose en los cuchillos. La ordenada espera de las mesas. Pero esto del jurel no. Este momento en el que mi madre vuelve a hacer de madre nombrando las cosas delante de mí.

miércoles, 11 de marzo de 2015

La lucha energética



La lucha energética : El móvil tiene poca batería. Antes de irme a la cama voy a enchufarlo en la regleta del salón pero está completa con los dispositivos de los demás. Si no fuera tan tarde y no hubiera sido éste un día eminentemente adversativo, habría superado este último momento sin problemas. Pero ese pero me derrota. Tengo la sensación de que en cada enchufe de la casa va a haber un teléfono o una tableta o una consola o un Kindle. Admito que no soy digno de mi móvil, que coloco encima de la mesa, y me voy a la cama esperando que ésta no sea una de esas noches en las que uno de los mellizos ocupa mi cama por no poder dormirse en la suya.

martes, 10 de marzo de 2015

No hay imagen inocente



No hay imagen inocente : La chica del dibujo de la pared, con un jersey a rayas horizontales negras y amarillas, aparece girada, con el brazo izquierdo apoyado en su cadera, para ofrecer el perfil de su pálido rostro. Rodeado de imágenes que buscan mi atención, ésta la que la atrae porque su mensaje solo es “mira”, frente al “compra” que transmiten las demás.

De su ojo cerrado salen unas líneas de colores que caen rectas, sin seguir el contorno de su cuerpo, como tinta desperdiciada. Es interesante que la chica del jersey a rayas horizontales cierre los ojos mientras yo los mantengo abiertos. Parece haber buscado un momento para detenerse y descansar la vista hasta que toda la saturación de imágenes se disuelva en sus colores y caiga, vaciando así su mirada.

Esa podría ser la postura de alguien frente a un cuadro. Si me doy cuenta, la que tengo al fijarme en el propio dibujo.  

lunes, 9 de marzo de 2015

Y que el enviado pase de largo



Y que el enviado pase de largo : A primera hora puedo ver que casi todos los cierres metálicos de las tiendas están cubiertos por grafitis. Los dibujos no valen gran cosa: los artistas debieron dejar la inspiración para otros trabajos. Mejor así, porque, gracias a ese esfuerzo mínimo, el estilo parece el mismo en todos los casos, lo que iguala las tiendas. No se sabe cuál sigue abierta y cuál está definitivamente cerrada. No hay pistas exteriores. El optimista puede recorrer la calle pensando que pronto abrirán todas. El pesimista es posible que dé un rodeo. Ninguno estará aquí para descubrirlo dentro de un rato.

domingo, 8 de marzo de 2015

En el papel de médium



En el papel de médium : Me pregunto cuál habría sido mi relación con el Real Madrid de no haber nacido en una familia de madridistas. Quizás la clave se encuentre en esos momentos en los que miro el reloj en el Bernabéu esperando que se acabe el partido sin importarme el resultado. O en el mal humor con el que termino el día si el equipo pierde. Creo que me atrae el fútbol porque no dejo de buscar en él la respuesta definitiva a si me gusta o no me gusta.

En lo que acabo de decidirme, continúo con la tradición familiar. También me aficionaron a los libros y al cine y lo intentaron con la música clásica, así que lo del fútbol puede verse como parte de un lote más amplio. No hay que ponerse tan dramático. Y si en la tienda del Bernanéu Daniel me pide la equipación del Madrid, no voy a negarme diciéndole que, accediendo a su deseo, es posible que le haga un regalo o le traspase una carga. En todo caso, el que le responde que sí, sin dudarlo, es su abuelo, no su padre.  

sábado, 7 de marzo de 2015

El plan Z



El plan Z : Zidane es protagonista de una campaña de moda. Me detengo junto a los anuncios en los que posa para recordar alguna jugada. Es agradable comprobar que esa elegancia sigue viva, que era anterior al fútbol. Después continúo andando sin haberme fijado en qué ropa anunciaba.

Hoy lo veo en un poste cercano al Santiago Bernabéu. Podría interpretarse como una campaña velada para promocionar su candidatura a entrenador. El Plan Z. Yo no lo apoyaría por egoísmo: no quiero verlo envejecer en un banquillo. Prefiero la sorpresa de salir del metro y encontrármelo durante unos días en una marquesina. Parte del placer es saber que se trata de algo temporal. 

viernes, 6 de marzo de 2015

Una lectura templada



Una lectura templada : En una mesa elevada junto a la ventana, una mujer lee un libro. Bastaría con pedirse un café y mirar a la gente que pasa por esta concurrida esquina. Es la hora en la que los niños salen del colegio, el momento en los que dejan la oficina se detienen unos segundos de más después consultar el móvil o de encenderse un cigarrillo para experimentar el primer instante del viernes.

Yo también tengo mi libro: el Kindle lo dejo para los días laborales. Es el tercer tomo de los Diarios de Iñaki Uriarte que acabo de comprar en La Central. Lo que voy leyendo me gusta, pero no logro que las páginas me quiten la extraña sensación que me ha dejado el habérmelo encontrado apilado en la entrada como un best seller. Este libro, aunque el almacén esté repleto, hay que esconderlo. Dejar solo uno de ellos en la parte correspondiente de la estantería para alegrarse al descubrirlo. O, mejor aún, verse obligado a preguntar por él.

Dos adultos leyendo en la cafetería le devuelven al viernes lo que éste les ofrece cuando levantan la vista para mantener bien templada la lectura. 

jueves, 5 de marzo de 2015

Algunas entregas se alargan demasiado



Algunas entregas se alargan demasiado : Mientras el conductor repasa los albaranes sobre el salpicadero del camión, el compañero prepara la carga, la coloca en la carretilla y la lleva corriendo a una tienda en cuya puerta golpea con la palma de la mano. Los coches que esperan se impacientan. Vuelve a dar con la mano. En la acera hay una bolsa de limones, otra de cebollas, una caja con ajos. Es aquí y ahora, lejos del campo, donde alcanzan su plenitud. Ya golpea con el puño.

miércoles, 4 de marzo de 2015

La primera bifurcación del día



La primera bifurcación del día : Al salir de la estación de metro de Alonso Martínez puedo elegir entre dos caminos. El primero pasa por la estrecha calle de San Mateo, donde estuvo durante muchos años “La avispa”, una librería dedicada al teatro en el local que ahora ocupa una tienda de productos de peluquería. Nunca me decidí a entrar cuando pude, así que el pasar por delante a primera hora es una manera de disculparme. Pero tampoco hay que darle muchas vueltas: es ahora cuando necesito lo que entonces me ofrecía

La segunda opción me lleva junto al Mercado de Barceló. El edificio recuerda a un museo moderno, por lo que alguien creyó necesario colocar en la fachada unas grandes letras para anunciar que es un mercado. Las letras sobran porque una de las formas adecuadas de entrar en un mercado es hacerlo como si se visitara un museo. De la misma forma, muchas veces hay que entrar en un museo sabiendo que lo que hay dentro es básicamente un mercado.

Para que la elección entre uno y otro no se base en temas prácticos, siempre intento tardar lo mismo en cada uno de ellos. Llego a la vez andando por uno que imaginando el otro. 

martes, 3 de marzo de 2015

Fuera de la conversación



Fuera de la conversación : Insistimos hasta que la única que se niega acaba aceptando una última copa. No es un buen vino, pero no hay conversación que se sostenga sobre copas vacías. Además, verlas llenas de nuevo es regresar al principio: cada ronda es la primera. Podríamos estar en esta acogedora inercia toda la noche.

De vuelta del baño veo en una mesa todos los cubiertos envueltos en sus servilletas dispuestos para el servicio de mañana. Intento reincorporarme a la charla, pero ya estoy fuera. Me doy cuenta de que casi todas las mesas están vacías, de que el camarero mira hacia la calle con los brazos cruzados, de que el camino a casa parece el doble de largo que hace una hora.  

lunes, 2 de marzo de 2015

La marcha de la serpiente



La marcha de la serpiente : En una zona de  la plaza no empezará el día hasta que se quite la cadena que ata a las sillas y a las mesas apiladas. Hasta entonces, el día va avanzando con una sucesión de pequeñas rutinas entre las que se incluye la mía de separar de las hojas de un periódico que todavía nadie ha abierto en la cafetería. Así también se despega este día del pasado de una forma que no será definitiva hasta que esa cadena se arrastre por el suelo como una serpiente que regresara a su nido con el último resto de ayer.

domingo, 1 de marzo de 2015

El ejemplo de Igor



El ejemplo de Igor : Los libros de desarrollo personal insisten en que hay que tener ídolos que imitar cuando se desea llegar lejos en la vida. Pero a veces se quiere y no se puede, lo que obliga a dejar esas referencias para fijarse otras que se encuentren en nuestra misma situación. En ese caso nos puede servir de ejemplo Igor, que sabe elegir, de entre todas las opciones para ayudar a su neurótico doctor, la que lleva con precisión al fracaso. Tal vez parezca una decisión extrema, pero lo que no dicen esos libros de guía profesional es que a veces esa derrota absoluta es preferible a un éxito mediocre porque supone una forma de victoria. Una victoria en la que en vez de colgarte una medalla te pegan un post-it en el pecho, sí, pero victoria. E Igor, que lo sabe, sonríe.