La pareja : Le pido a Lucía que se quede junto a Daniel para fotografiar sus sombras, pero se niega y se sube a clase, llevándose su sombra. Esa negativa la define bien, así que está mejor reflejada en esta foto en la que no aparece.
martes, 31 de enero de 2012
La pareja
La pareja : Le pido a Lucía que se quede junto a Daniel para fotografiar sus sombras, pero se niega y se sube a clase, llevándose su sombra. Esa negativa la define bien, así que está mejor reflejada en esta foto en la que no aparece.
lunes, 30 de enero de 2012
Cortejo nocturno
Cortejo nocturno : A pesar del bando que los
administradores pensaron, imprimieron y pegaron por distintos lugares, los
juguetes se quedan donde su dueño los abandona, sin que los padres hayan
logrado transmitir a sus hijos la lección básica de que es conveniente guardar
las cosas en su sitio. Tal vez es que esa lección ya no tenga sentido para los
padres. Tal vez es que haya tan pocas cosas que creerse que ya no dé pereza defenderlas
y prefiramos ver cómo avanza la marea bajo nuestros pies sin ninguna oposición.
Hasta aquí llega mi queja cívica.
Estéticamente no puedo poner
ninguna objeción porque me gusta ver todos esos patinetes, triciclos y bicicletas
tirados por el suelo, en ese abandono nocturno en el que las cosas parecen
empezar a mostrarse. Rodearlas, fijarse
en ellas y seleccionar un encuadre son los pasos previos de un cortejo que
puede empezar ahora y terminar en un momento más o menos lejano.
domingo, 29 de enero de 2012
A lo Sam Shepard
A lo Sam Shepard : Aunque el coche
no lo necesita, le ofrezco a Daniel que me acompañe para ir a lavarlo. No tardo
en escuchar su sí viniendo por el pasillo hasta plantarse delante de mí para
ver si voy en serio. Debo resultar convincente porque sin decirle nada se marcha
a ponerse los zapatos.
El chico que me atiende en la
gasolinera tiene el mostrador lleno de merchandising de Ferrari. Parecen los
artículos de una promoción ya caducada, como las camisetas de jugadores que ya
abandonaron el equipo. No hay nadie en la tienda. El silencio, las pocas
palabras del dependiente, la mezcla del olor a gasolina y a pan, el expositor
de los periódicos vacío : se dan bastantes ingredientes para escribir un cuento
a lo Sam Shepard en el que sobramos Daniel y yo.
Me asomo al cristal para ver si soy
capaz de ver las diferencias de precio que hay entre las distintas opciones de
lavado. Creo que hay cuatro o cinco. Los puntos amarillos, como en un panel de
colegio, señalan las características que ofrece cada uno de ellos, mostrando
que un lavado no es solo un lavado. Yo qué sé. Al final elijo la más cara suponiendo
que durará más tiempo.
Al salir de la tienda, pienso que
hay trabajos jodidos. Daniel me comenta que hay muchas chucherías.
Coloco la ficha en la máquina y veo
cómo los rodillos se ponen en marcha y el coche empieza a cubrirse de un agua
jabonosa. Daniel, que está dentro del coche, se acerca a la parte de atrás y,
sonriente, levanta sus dos pulgares.
Al lado de nosotros, en unas
cabinas, hay gente lavando sus coches con mangueras. Parece más barato, pero sé
por experiencia que nunca dejan el coche igual. Recuerdo que mi padre decía que
el dinero del pobre iba dos veces al mercado. Cinco años de económicas y esta
frase es de las pocas leyes que me sigo creyendo.
sábado, 28 de enero de 2012
Huerto comunitario
Huerto comunitario : Camino del quiosco veo
que, en uno de los solares en los que no se ha construido y en el que crecen
unas plantas de desierto que parecen tener siempre sed, uno grupo de personas
está cultivando un huerto comunitario. La escena recuerda, con la cuerda que bordea
el pequeño huerto, de surcos perfectos, y la gente alrededor, a una excavación
o a una búsqueda de pistas de un crimen.
Para que no haya dudas y no pensemos con las imágenes de las series, un
espantapájaros con una camiseta naranja fija el objeto de toda esa
actividad. Hay niños ayudando a mover
tierra o a recoger pequeños objetos alrededor de los surcos. Me quedo un rato mirando,
pensando que esto me lo habría perdido si, en vez de ir al quiosco, me hubiera
descargado el periódico.
También
me habría perdido a un abuelo a su hijo y a su nieto, en un carrito, esperando
a que cambie la luz del semáforo. Y el anuncio de lencería de la parada del
autobús (Avet, shape, technical line : “Tejido reductor, sensación retro, mejora
tu silueta"). Y la mujer que espera apoyada en un coche. Y la pareja que
viene con tres bolsas llenas. Y la publicidad de una sucursal de una Caja,
haciendo como que no pasa nada, que todo va bien. Y la pintada en el suelo
contra la privatización del agua. Y las bicicletas de carreras al lado de un
bar. Y el anuncio en una pizarra en la tienda de flores. Y el niño subido al
coche que hay junto a la tienda de los chinos, donde tres gatos dorados mueven
su pata izquierda, como si fuera la palanca de una máquina tragaperras. Y,
sobre todo, el titular del periódico de hoy : "2011 cerró con 5.273.600
desempleados y una tasa del 22,8%"
Cuando
regreso del quiosco vuelvo a detenerme junto al huerto comunitario.
viernes, 27 de enero de 2012
Esquinas
Esquinas : Desde fuera, el
gimnasio tiene cierto aire de fábrica con diseño minimalista en el que destacan
sus esquinas. Un monumento soviético al sudor. Hoy le hago, por fin, la foto en la que siempre pienso cuando
entro y de la que me olvido al salir por las prisas. Como es viernes puedo
detenerme y caminar alrededor, pero tengo que decidir qué quiero fotografiar
porque empieza a llover.
En la radio del coche ponen Riders on the storm. Los parabrisas parecen seguir el ritmo de la canción.
En la esquina por la que paso todos
los días camino del colegio está la chica de la falda corta y el bolso pequeño
que se coloca aquí los viernes y los sábados. Da pequeños pasos de un lado a
otro, como si el espacio por el que camina estuviera limitado. Mira al cielo,
rebusca en su bolso, y se enciende un cigarrillo.
jueves, 26 de enero de 2012
La parte que representa su pelo
La parte que representa su pelo : Lucía
coge el cepillo y se lo pasa meticulosamente por el pelo. Cuando lo nota
enredado no se detiene y tira con fuerza, sin quejarse. Aprieta un poco los
labios pero no dice nada porque esta vez no soy yo el que lo hace. Me gusta ver
cómo se mira en el espejo, cómo sus manos recorren su pelo, cómo logra hacer de
ese gesto algo íntimo, cómo su pelo se desenreda, cómo brilla, cómo crea unos surcos que recuerdan a un campo fecundo. Se toma su tiempo, sin importarle que la cena (un cuenco de arroz blanco y un huevo frito)
se vaya enfriando en la cocina. Con esa tranquilidad me esta diciendo que no
vale la pena que le meta prisa, que el mundo volverá a girar cuando ella crea
que ha acabado y ya esté lista. Tampoco voy a insistir porque el arroz y el
huevo y su hermano en el baño, esperando, están ahora en un segundo plano.
Cuando respondía que quería tener una hija era por vivir momentos como éste,
aunque entonces lo intuía pero no lo sabía. Una vez que deja el cepillo en el
lavabo, el mundo, la parte que representa su largo pelo negro, está, a su
manera, un poco más ordenado.
miércoles, 25 de enero de 2012
Formas de perder
Formas de perder
: Una flecha en el suelo, para los que salen mirando al suelo. Otra, en la
pared, para los que llevan la cabeza alta. En ambos casos vas a hacia el mismo
sitio, apeado de la Copa del Rey, pero si marcas un gol como el segundo de esta
noche de Benzemá y consigues frenar los relojes en el Camp Nou, puedes
marcharte con una sonrisa.
El partido de esta noche lo jugaba
el Madrid contra sí mismo, aunque estuviera el Barça enfrente. Una especie de
formulario en el que volver a anotar las cosas básicas, como el que sale de un
accidente y trata de averiguar si es capaz de orientarse : Nombre, edad, estado
civil y esas cosas. Algo que se da por supuesto y que por cuestiones internas
ya nadie debía tener muy claro en un equipo en el que a veces parece que cada
uno tenga un escudo bordado de diferente tamaño y calidad.
Cada jugador se enfrentaba a su
doble. Pepe contra Pepe. Cristiano contra Cristiano. Y así hasta abarcar a la
gente del banquillo. Esa lucha frente al espejo incluía a los madridistas
que nos enfrentábamos al partido sin saber si íbamos a poder aguantar hasta el
final, dudando entre ser fieles o apagar la televisión cuando llegara el
segundo gol del Barça, con el que todos contábamos antes de que los jugadores
se bajaran del autobús.
Era, pues, un momento para colocarse
junto al marco de la puerta y hacerse una señal para ver hasta dónde se ha
crecido. Para eso necesitábamos al Barcelona, porque para estos ejercicios no
sirve cualquier marco ni cualquier puerta. Esta nos venía bien porque nadie se
entrena en una piscina de agua. Un Camp Nou lleno y dispuesto a gritar ante
cualquier cosa de color blanco es un buen fondo en el que preparar un plato.
Pero todos esos gritos quedaban en
un segundo plano porque cada jugador andaba pendiente de estar a la altura de
su sombra, o, más bien, de superar esa marca que señala la mejor crítica que ha
recibido uno en su vida. En el fondo, no hay amenaza más grande que ésta,
porque las malas son fáciles de superar. Pocas cosas deben ser más peligrosas
que un titular de trazo grueso anunciando que eres la gran esperanza blanca y
quien más y quien menos llevaba ya en el cuello esa frase, que de medalla se
había acabado convirtiendo en soga.
Como había que hacer las cosas
bien, según el guión, el equipo recibió sus dos goles del Barça : las dos pesas
que se colocan en la barra para demostrar que se va en serio, que no se ha
venido a calentar. El primer tiempo sirvió para preparar el gimnasio. El segundo,
para levantar el peso. Y, en el descanso, es posible que Mourinho, en vez de
discurso, les colocara un espejo a cada uno delante y les fuera repartiendo el
mismo escudo a cada uno, para que todos salieran en igualdad de condiciones.
Todos se lo pegaron y se pasaron la mano por la soga antes de salir al campo.
Lo que pasó después no estaba
escrito en ninguna de las crónicas que ya debían estar listas en los
periódicos. El Madrid se ató con fuerzas las botas y comenzó a sudar y cada uno
fue recordando lo mejor que de él habían dicho, como si cada frase fuera una
partitura. El Barça no tardó en darse cuenta de que las cosas no iban contra
él. O, mejor dicho, que las cosas iban a pesar de él, lo que empezó
inquietándolo y acabó desmoralizándolo porque es difícil pelear contra alguien
que no quiere hacerlo.
Todos pasaron su prueba particular
sin importarles el entorno y convencidos de que, pasara lo que pasara en el
marcador, se estaban haciendo bien las cosas. En ese despliegue, el gol de
Benzemá, digno de Zidane, no era tanto un mensaje al Camp Nou como el detalle
final que el cocinero deja en el plato antes de servirlo.
En el marcador, un empate a dos. El
dos culé está pegado con celo. El nuestro fijo con clavos. Y en el marco de la
puerta, una nueva señal, aunque al terminar el partido tengamos que seguir el
camino de salida.
martes, 24 de enero de 2012
Tierra reclamada
Tierra reclamada : Abro una botella de “Disco”
por la noche, después de preparar la cena y como homenaje a una merluza que ha
quedado bastante bien : como cocinero, estoy en la fase en la que se trata de
salir vivo de la cocina.
Más bien, el homenaje se lo hago a
todo lo que hay en ese instante.
La botella apenas informa sobre el
vino. Sólo dice que es el vino de la gente que ama la música. Todas las
palabras que le faltan a la etiqueta están en el corcho, que puedes leer como
si fueran inscripciones en piedra. Amor, paz, felicidad, razón, beso, cine,
fuerza, ilusión, música, vinos de fábula, fiesta, sueño, amor, paz…Parece que
se hubieran inspirado en la iluminación navideña de Madrid y que éste fuera el
vino de la gente que ama a Papá Noel.
Disquisiciones. La última parte de
una receta, y que nadie incluye, es una copa de vino tinto en la mesa, firme,
como la bandera con la que el explorador reclama una tierra como suya. Ahí está
: este momento del día es mío.
lunes, 23 de enero de 2012
La piedra en el pozo
La piedra en el pozo : Alguien pensó que
quedaría bien colocar un foco debajo de las hojas y lo propuso y se hizo. Es
bastante probable que esa persona haga mucho tiempo que no se acuerde de este
proyecto, de la piedra que lanzó al pozo.
-¿Otra foto? – me dice Lucía.
Otra foto, sí, porque está atardeciendo y me gusta cómo las hojas reciben la luz,
como si fueran un cebo para la noche. En el momento en el que hago la foto la
piedra golpea el agua.
domingo, 22 de enero de 2012
A paso de oso
A paso de oso : Los
domingos cierran la calle Fuencarral para hacerla peatonal. La zona se llena de
niños en patines o en bicicleta. La zona se llena de padres grabando a sus
hijos en patines o en bicicleta. El domingo avanza lentamente, como un oso
polar sin ninguna amenaza a la vista.
A las doce y media empieza otra función
en el teatro de marionetas. Nos acercamos a verla aunque es la misma que la
última vez : Un granjero tiene una vaca que quiere robar el demonio. Para
evitarlo, los niños tienen que gritar como locos para avisar al granjero.
Los niños gritan como locos. Si se
combinara esa desinhibición para chillar con nuestra capacidad para ver más y
más demonios intentando llevarse nuestra vaca, la realidad sería un grito
continuo. El granjero, alertado, acude corriendo para salvar a una vaca que
debe dar leche de peluche. Fin.
Antes de que los niños vuelvan a
sus patines y los padres a sus cámaras, el titiritero nos anuncia que vende
cuentos a tres euros. Nos informa de que los ha comprado en una tienda de
chinos, donde son más baratos, pero que así se financia el teatro.
En Madrid, los chinos controlan más
del 50% del pequeño comercio. Puestos a distribuir papeles, no sé si son el
demonio, el granjero o la vaca. O todos a la vez. Lo que sí queda claro es que nuestro papel empieza a ser el de espectadores.
Intento caminar a paso de oso para que la mañana se alargue y mis pensamientos no se dispersen. A veces no hay nada más peligroso que una idea sobre patines.
sábado, 21 de enero de 2012
La serpiente
La serpiente :
Del sobre que se compra en el quiosco saca una serpiente blanda y transparente.
Me dice que le gusta, pero que le va a cortar la lengua. Le digo que la lengua
es importante. Ya lo sé, me responde, porque la usan para oler. No parecía muy
convencido con la serpiente al enseñármela, como si hubiera esperado otra cosa,
pero se va animando con ella.
-¿Es divertida la vida con siete
años? – le pregunto.
-Sí. Deberías probarla.
viernes, 20 de enero de 2012
Dulces y calientes
Dulces y calientes : Leo las críticas
de los libros cuando salen y los ojeo en las tiendas, compactos,
ordenados con la geometría de un ejército desfilando. Después los olvido.
Y me los reencuentro tiempo
después, en edición de bolsillo, algo confundidos, mezclados con libros ajenos,
con el aire del que ha regresado de la batalla y ya espera poco, quizás a ese
lector que recuerde, sin saberlo, alguna frase de cuando se lanzó al mercado.
Un lector que se diga : “Este libro…”
O un lector que siempre se detenga
cuando reconozca el nombre de Carver en una portada, sabiendo que ya ha leído
todo lo de Carver. O casi todo. Este libro, por ejemplo, "Principiantes", que reúne los originales
de Carver antes de que el editor los redujera a la mitad e hiciera de Carver el
Carver que conocemos. Todo es cuestión de suerte.
Es una sorpresa encontrarse a
Carver en un Vips. Puedo detenerme tranquilamente en los libros de bolsillo y
descubrirlo porque me he salido de la película a la que hemos ido con los
niños. “Jack y su gemela”. María se queda con los enanos y yo me marcho,
incapaz de seguir viendo una película que no merece ni el tiempo que lleve
descargársela. El horror de Kurtz debería referirse a esta cinta sin rastro de
inteligencia. Tal vez el trabajo de un chimpancé en la época de la huelga de
guionistas. Yo qué sé. En todo caso, un corto paseo cinematográfico por un
vertedero iluminado con las luces del marketing.
Quizás, como compensación, me
encuentre el libro de Carver, para enderezar un poco el viernes. Leo la
contraportada y abro el libro al azar para ver si soy capaz de reconocer un
cuento :
“Comieron bollitos y tomaron café.
Ann sintió apetito de pronto, y los bollitos eran dulces y estaban calientes.
Se comió tres, lo cual complació al pastelero”
Claro que lo reconozco. Leerlo de
nuevo es como quitarle la suciedad al texto que, me doy cuenta, guardo en la
memoria. En cierto modo, este cuento es mío, como le pasará a muchos. Pago los
nueve euros para evitar problemas, pero este libro lleva siendo mío mucho
tiempo. Me lo llevo como el que rescata algo.
jueves, 19 de enero de 2012
Rebajas
Rebajas : A Daniel se le cae un diente en la
clase de natación y se niega a obedecer ninguna orden hasta que escucha la que
quiere :
-Salte
de la piscina con el diente.
Al
salir del trabajo paso por delante del Corte Inglés. La entrada está iluminada.
Un largo pasillo que te invita a acercarte al edificio, como esas flores que despliegan sus colores para que entres y
polinices un poco la economía. La crisis. La mierda
El
diente está encima de la mesa, vigilado. Cuando llega el momento de acostarse,
lo mete debajo de la almohada sin hacer ninguna pregunta. Que un ratón venga a
traerle dinero no entra en conflicto con ese mundo del que hoy ha aprendido las
características de los ovíparos.
Si
Daniel hubiese pasado por delante del Corte Inglés, se habría imaginado las
luces de una nave espacial recién aterrizada. La posibilidad de realizar un
encuentro en la tercera fase. Hasta te habría descrito a los marcianos.
Con
unos años más, la realidad baja una categoría y lo que te ofrece es un encuentro
en la segunda fase. La de las rebajas.
miércoles, 18 de enero de 2012
Un pequeño oasis
Un pequeño oasis : En la parte de La
Castellana que va desde Cuzco hasta el Bernabéu, un grupo de mujeres de tacones
altos, faldas cortas y mirada afilada camina a contracorriente, dejando en los
parabrisas de los coches un anuncio en el que se ve a una mujer desnuda con un tanga.
El tanga, claro, es blanco.
“Chicas sensuales” – Chalet privado máximo lujo. Zona Cuzco.
También ofrecen el folleto a los
aficionados que vamos al Bernabéu mientras van tejiendo con la seda de sus
medias una fina tela de araña que va cubriendo la acera y en la que fácilmente
queda atrapada la mirada. Muchos niegan con la cabeza, como si fuera una oferta
de compra de oro o el anuncio de una casa de empeños, pero ellas insisten. Su
mirada afilada se vuelve algo maternal, la de la persona que te quiere y ya
sabe cómo va a terminar todo : el Madrid mete un gol y después el Barcelona
mete unos cuantos o bien el Madrid mete un gol y después el Barcelona mete
bastantes más.
Por eso te tienden este anuncio de
la mujer de los pechos jóvenes y la cara difuminada. No es una sugerencia en la
que calmar el subidón de la victoria, sino una forma de evitar la nueva
decepción con el juego del Madrid.
Luego, ya en el Bernabéu, descubres
que el Barcelona también teje su tela y que, como les sucede a las arañas, no
se queda pegada a ella. No acude a buscar a su víctima cuando siente el latigazo
violento de la desesperación. Se adelanta ella y le basta con esperar a que el
Madrid, sin ayuda, se deje caer delante. Es la historia al revés de un pelotón
que se forma y el de un condenado que camina él solo al poste y se pone
tranquilamente la venda que Mourinho parece haberle entregado en el vestuario.
Lo malo de las fijaciones es que
uno, como sucede en un video de Coldplay, camina hacia atrás aunque el tiempo
avance porque parece que la cita esté en el punto de salida. ¿Por qué suceden
las cosas de este modo? Pues no lo sé. El caso es que, nuevamente, el Barcelona
es el ratón de laboratorio que cada vez encuentra la salida al laberinto con
más facilidad y el Madrid es el propio laberinto. Si siguen así las cosas, los
periodistas podrán usar la crónica de un partido anterior para contar lo sucedido
cambiando tan solo algunos nombres de la alineación : el Madrid mete un gol y
después el Barcelona mete unos cuantos o bien el Madrid mete un gol y después el
Barcelona mete bastantes más.
Por lo demás, los aficionados, esos
que cogemos o no los anuncios de las chicas sensuales, seguimos acudiendo al
Bernabéu con la misma ilusión con las que los niños van a una fiesta de bolas :
desde fuera parece aburrido, pero luego tiene su encanto. Si nosotros también
podemos ir atrás en el tiempo para cumplir con el destino de la derrota,
aprovechemos para hacerlo a fondo, ilusionados y contentos como en un
cumpleaños en el que siempre sopla las velas ése de la camiseta azulgrana.
Luego el partido se agita un poco
hasta que encuentra el cauce por el que debe discurrir : el Madrid mete un gol
y después el Barcelona mete unos cuantos o bien el Madrid mete un gol y después
el Barcelona mete bastantes más. Y ahí se acaba todo.
En el metro de vuelta apenas habla
la gente, como si no hubiera mucho que añadir y
lo aplicable a éste ya se hubiera dicho del anterior o del anterior o
del anterior. Creo que a partir de ahora los duelos entre el Madrid y el Barça
deberían ser comentados ya por psicólogos, que serán los que podrán aportar
algo interesante al tema.
Siempre nos quedará la oportunidad de acudir a ese chalet privado máximo lujo en el que conocer un pequeño oasis en el
centro de Madrid. ¿Quién va a decir que no a ese oasis, más que espacial, temporal, donde uno no avance hacia atrás? Presentando el folleto tienes copa gratis e importantes
descuentos. La oferta es buena siempre que las chicas se muevan como el
Barcelona y no se queden quietas, sin ideas y asustadas, como los chicos de
Mourinho.
Como jugamos en casa, parece que los del metro fueran más deprisa para dejarnos en casa cuanto antes.
martes, 17 de enero de 2012
Una rendija
Una rendija : Todo
lo que se ha hecho, todo lo que ha sucedido, todo lo que se ha dicho, y temido,
y deseado, y mirado, y pensado y sentido para llegar a este momento en el que
Daniel, sentado frente a su mesa, hace algo aparentemente tan intrascendente
como solucionar un problema de matemáticas.
María le dice desde el baño que se
dé prisa, que el agua se enfría. Lucía, a su lado, juega con las fichas de las
Monster High y le sopla las respuestas a algunos ejercicios.
Yo lo miro todo desde fuera,
intentando encontrar una rendija.
lunes, 16 de enero de 2012
Degradación
Degradación : Cada día desmontan una estrella. Es como si le quitaran las condecoraciones al mes de Enero, que durante unos días se creyó tan importante. Tan pronto desaparezca la última estrella de la fachada, comenzará efectivamente el año nuevo, envuelto en el silencio de un aparcamiento abandonado. Un año nuevo que llega con el precinto roto.
domingo, 15 de enero de 2012
Uno de los tres camellos.
Uno de los tres camellos : La taquillera me da las tres entradas para la sesión matinal del circo. Sólo veo su cara y sus manos cortando las entradas del taco que tiene encima de la mesa, pero me la imagino con las zapatillas todavía puestas.
Mientras esperamos, los enanos
suben y bajan corriendo por un terraplén, experimentando una ley universal :
cuanto mayor el riesgo, mayor el placer. Saltan por encima de mis advertencias
como experimentados atletas olímpicos. Hace bastante frío, así que voy
espaciando mis quejas hasta que prácticamente desaparecen porque prefiero que
entren en calor.
Creo que hacemos una cola tan apretada
para sentir un poco de calor.
El circo es pequeño y está justo
junto a unas oficinas en las que trabajé. Miro el cartel por si apareciera en
él algún conocido de aquella etapa, porque no tendría problemas para encajar.
No : aquí los animales tienen pinta de animales.
Al abrir las puertas, veo que el
circo es pequeño por fuera y también por dentro, con una única pista. No somos
muchos lo que hemos venido esta mañana. Se ven más asientos vacíos que llenos,
pero todos los que pasan por esa pista central actúan como si el circo
estuviera repleto, luciendo unos trajes impecables. Así es esta gente. A pesar
de esto, tengo la impresión de que este es un circo de paso, de que algunos
artistas esperan saltar de aquí a uno más grande mientras que otros parecen
haber hecho el camino contrario.
Cuando desaparecen por el fondo de
la pista me los imagino volviendo a un café con leche y al “Marca”, al hijo
haciendo los deberes tranquilamente en la mesa de la cocina, con un vaso de
cola-cao por la mitad. Y un gato, también me imagino a un gato a los pies de
ese niño. Se ve que los domingos por la mañana me da por imaginar.
Estoy metido en los ejercicios de
imaginación cuando, sin avisar, en la pisca central aparece un domador con un
camello perfecto. Tengo que admitir que no me esperaba ver un animal así, tan
grande, tan cuidado. Su pelo parece recién cepillado mil veces por el grupo de
mujeres malabaristas del número inicial. Lleva encima un pequeño manto con las
iniciales del circo. El domador permanece en el centro de la pista, viendo cómo
el camello da varias vueltas sin hacer nada más porque no hace falta.
El domador parece decir :
-¿Veis? Esto somos nosotros.
Como un símbolo en el que mirarse para seguir actuando. Sé que los Reyes Magos no
existen, pero también sé que éste es uno de sus tres camellos. De eso no me
cabe duda.
sábado, 14 de enero de 2012
La nadadora
La nadadora : Comemos en el “Sí,
señor”, un restaurante en el que los camareros llevan todos pañuelo en la cabeza; las paredes están
pintadas y en el techo puedes leer “Me
voy a llevar a los que no coman”; en los platos está escrita las palabras “México”; en las televisiones ponen,
sin volumen, los cuarenta principales, mientras, de fondo, puedes escuchar “Avalon”, ese tema de Roxy Music que me
hace pensar en una mujer nadando en una piscina por la noche; las tortitas son pequeñas, como si fueras a
preparar unas empanadillas; la carta de vinos te permite probar un Hizan 2010; el picante es muy picante; hay una zona infantil con una chica que pinta las caras a los niños;
el precio es bueno y los mariachis tienen el suficiente sentido
del humor como para responderte cuando les dices que cualquier canción te
parece bien :
-“La
que sea” es una canción, pero vamos a tocar una infantil en honor de los niños.
Una
infantil sobre la famosa cucaracha.
Antes de salir, Daniel me pide que
baje con él al baño, que me va a gustar. Le sigo porque a veces hacer de padre
no cuesta mucho. Me dice que es como meterse en el agua y es cierto. Las paredes están cubiertas de azulejos y al entrar en el baño de hombres tienes la sensación de
caminar por el fondo de una piscina.
-Mira
arriba – me dice.
Ahí está, pintada en el techo, la
nadadora de Roxy Music.
viernes, 13 de enero de 2012
¿SI fueras un Lego?
¿Si fueras un Lego? :
Daniel : ¿Dónde estarías tú si fueras un Lego?
Yo : ¿Lo has perdido? .
Daniel : No. Lo estamos buscando
jueves, 12 de enero de 2012
En primera línea
En primera línea : Es el único pez
que queda vivo de los tres que teníamos. No sé si porque hemos aprendido a
cuidarlo mejor o porque se ha adaptado a lo que hay.
La verdad es que no sé casi nada de
este pez, ni su edad, aunque estoy casi seguro de que viviré más que él. Añado
lo del casi por lógica, macabra, pero lógica.
Tal vez por eso nos guste tener
mascotas, porque viven menos que nosotros. Todas las demás razones que se den
serán válidas, pero quizás debería dejarse hueco para esta idea : así no somos
nosotros los que estamos en primera línea y esa comparación nos tranquiliza.
Debería pensar en otras cosas, pero
tengo que admitir que esa pecera ya tiene una oscura historia a sus espaldas y estoy
seguro de que en las noches de luna llena es posible distinguir los reflejos de
todos los peces que alguna vez nadaron en ella.
Tampoco hace falta esperar a la
luna llena. Cada mañana, antes de salir hacia el colegio, nos preguntamos si
los peces han comido. Así, en plural.
miércoles, 11 de enero de 2012
Los mejores amigos
Los mejores
amigos : Lucía está sentada frente a su mesa terminando los deberes. Todavía no
se ha quitado la ropa negra de gimnasia rítmica, por lo que tiene cierto aire
de superheroína doméstica. Me ve con la cámara y tapa lo que está escribiendo,
molesta porque le hago fotos y porque la interrumpo. Me fijo en el lapicero que
está usando.
-Sólo lo va a leer mamá – me dice.
Y sólo se lo enseña a ella, pero
como tengo el superpoder de acostarme más tarde que ella, abro su carpeta y la de su
hermano para ver qué se escribe de tu mejor amigo con siete años.
Describir
a una persona es decir cómo es físicamente cómo se viste y cómo es su forma de
ser
Describe
a tu mejor amigo/a sin decir su nombre :
Daniel
: Mi mejor amigo tiene siete año es moreno, lleva gafas y es más alto que yo.
Le gusta el fútbol, le gusta dibujar y es buen amigo.
Lucía : Es alta, es morena, le
gusta todo tipo de cosas, tiene siete años, tiene los ojos marrones, tiene el
pelo largo. Va casi todos los fines se semana a su pueblo. No tiene hermanos ni
hermanas. Es una niña muy simpática. Es mi mejor amiga.
Devuelvo las hojas a sus carpetas y
las carpetas a sus mochilas. Soy todo lo cuidadoso que puedo, pero sé, como si
lo estuviera viendo ahora mismo, que Lucía notará algo raro mañana y se quedará
muy seria junto a su mochila sin decirme nada, esperando que yo mismo reconozca
lo que he hecho, en plan el corazón delator, pero en serio.
martes, 10 de enero de 2012
6:16
6:16: Suena una
canción de Hugh Laurie en la radio. Son las 6:16 de la mañana y abro el grifo
para que el agua vaya llenando el lavabo. Este es un buen momento porque todas
las cosas parecen más cercanas, más evidentes, quizás porque porque la cabeza
también se va llenando de ideas lentamente y queda espacio para otro tipo de
percepción.
La música, por ejemplo, llega de
una forma directa a un oído que todavía no está saturado. Hay canciones que se
tienen que escuchar ahora porque más tarde ya van perdiendo matices y se confunden
en el tráfico. Lo digo, sobre todo, por la que pusieron ayer a esta misma hora
: “Objects in the mirror are closer tan they appear”, de Meshell Ndegeocello.
La escuché más tarde y ya era otra canción.
El mismo mundo, a las seis y
dieciséis, es otro lugar.
lunes, 9 de enero de 2012
De la necesidad, virtud
De la necesidad, virtud : No por el tema gastronómico, no. Es el hecho de que parezca
que el día sólo te ofrece imágenes como ésta en las que fijarte. Nada que
convoque a los reporteros del National Geographic. Y así verse obligado a pensar : de la necesidad, virtud. O
puede ser que el camino sea el contrario y que en esta imagen se encuentre la
pista hacia algún lugar. Algo íntimo, lejano y profundo que requiera escarbar
cada día.
domingo, 8 de enero de 2012
La fiesta de Pinocho
La fiesta de Pinocho : Es la última función de “La gran
aventura de Pinocho”, en el Teatro La Latina y, debajo de esa lámpara, están
todos los actores de la obra dejándose fotografiar con todos los niños que han
acudido. Todos menos Daniel y Lucía, que no quieren acercarse, lo que me impide
hacerles una fotografía con la protagonista o con la bruja azul.
De esta obra me acordaré, sobre
todo, de la bruja azul, tan expresiva hasta cuando permanecía quieta y capaz de
soltar frases como :
-Qué pena. Tu tal malo y yo tan
sola.
Que, por lo que veo en el texto que
van emitiendo encima sobre el escenario, ha sido pura improvisación.
Debajo de esa lámpara los actores
sonríen y se dejan felicitar como si fuera la noche del estreno y no su última
representación. Se está bien formando parte de ese pequeño tumulto infantil,
con una mañana de domingo esperando afuera, y la cava baja, y los vinos de la
Posada del León.
Apuro un rato más. Siento
admiración por esa gente y también envidia, porque una cosa es ser invitado a
una fiesta y otra muy distinta ser parte de esa fiesta.
Los vinos de la Posada del León,
decía : Una copa de Atteca (3,50 €) otra de El pícaro (2,70 €) y una tercera de
Senda del oro (2,70 €). Impresionantes.
sábado, 7 de enero de 2012
Oro, incienso y sin plomo 98
Oro, incienso y sin plomo 98 : Los Reyes Magos siguen trayendo oro, incienso y mirra, pero las cosas han cambiado un poco. Ahora se llama Gasoleo A, Sin plomo 95 y Sin plomo 98 y, a cambio de dejarnos regalos el día seis por la noche, nos lo cobran.
Lucía y Daniel me acompañan. A Lucía le gusta coger unos cuantos guantes de plástico para ponérselos. A Daniel le gusta el olor de la gasolina. Yo obedezco a la voz de la máquina, que me va indicando todos los pasos que tengo que seguir. Sólo cuando, finalmente, estoy echando el diesel, aparece el precio en la pantalla de surtidor : 1,404 euros el litro.
Lucía y Daniel me acompañan. A Lucía le gusta coger unos cuantos guantes de plástico para ponérselos. A Daniel le gusta el olor de la gasolina. Yo obedezco a la voz de la máquina, que me va indicando todos los pasos que tengo que seguir. Sólo cuando, finalmente, estoy echando el diesel, aparece el precio en la pantalla de surtidor : 1,404 euros el litro.
Deberíamos
estar más preocupados por el tema de la cantidad de energía que queda
disponible y el precio que empezamos a pagar por ella. Algo está cambiando si
el precio del litro de diesel está a 1,404. Quizás es que le doy demasiadas
vueltas a las cosas, porque el titular del País de hoy es “Rubalcaba inicia la
batalla del PSOE con una liger aventja sobre chacón” y el del Mundo “Bildu
estimula la segregación censando a los vascoparlantes”
En
el Carrefour han dado oficialmente por terminadas estas fiestas al apagar las
luces navideñas. Ahora todo es un descuento que puede durar doce meses.
viernes, 6 de enero de 2012
Finisterre
Finisterre : El contenedor
está en la calle Finisterre, que me parece un nombre apropiado : el punto más
alejado de la tierra firme, a partir del cual sólo se ven las olas de un año
que empieza ya picado.
Delante de mí, una anciana va
sacando de una bolsa las cajas de los juguetes y los va dejando en el
contenedor. Lo hace con esa decisión que veo en algunas personas mayores y que
me atrae. Como el contenedor está prácticamente lleno, tiene que empujar. Las
últimas cajas las deja en el suelo, después de mirarme como diciendo que no
puede hacer más.
Yo doy la vuelta para ver si por
detrás resulta más fácil. Doblo con cuidado las cajas, pensando que sin ellas
muchos juguetes pierden su encanto, como caniches empapados. Muy pocas veces lo
que prometen en las fotografías se parece a la realidad. Quizás por eso se
diseñen estas cajas en las que hay tantos celos, cuerdas y gomas que quitar,
para retrasar el momento en el que el juguete se quede en evidencia, sin el
playback del envoltorio.
Empujo las cajas para que quepan
dentro. Esta extraña ofrenda podría verse como un rito para calmar esas aguas
que amenazan con rugir muy pronto. Una forma de pedir que el año que viene, a
pesar de todo, también podamos comprar regalos. Es la carta que echamos los
adultos a los Reyes Magos mientras los niños juegan en las alfombras.
jueves, 5 de enero de 2012
Entre bastidores
Entre bastidores : A pesar de la
tecnología, los Reyes Magos siguen escribiendo la lista de regalos en una hoja
de cuaderno, de las que después se pueden arrancar. Ahí está anotado todo : qué
regalos finalmente se van a entregar y en qué casas. Todavía queda bastante por
hacer, pero a todos los que estamos en ese salón (tras las puertas cerradas
juegan cinco niños y otro está a punto de despertarse de su siesta) nos sienta
bien este momento de tranquilidad para comer los últimos trozos de turrón de
las fiestas. Nos vamos despidiendo de estas Navidades en las que todavía
hacemos el trabajo en la sombra.
También aprovechamos para quejarnos de la cantidad
de juguetes que repartimos y experimentar esa leve recompensa que ofrece lamentarse en grupo. Sería ingenuo pensar que los Reyes Magos tienen algo de control
sobre lo que hacen.
Repasamos la hoja del cuaderno y la
guardamos. Tenemos, como los chicos de Furillo después de escuchar las prioridades del día, una idea clara de qué hacer : Los falsos Reyes Magos, con sus cabalgatas, distraerán a los niños
para que podamos hacer esas últimas entregas, como el que corre por los
bastidores de una función.
El niño que dormía empieza a llorar
y damos por terminada la reunión, rompiendo el aire de clandestinidad de la
escena al abrir de nuevo las puertas del salón.
miércoles, 4 de enero de 2012
Sólo escucho a mis piernas
Sólo escucho a mis piernas : Con siete años, las piernas están
conectadas con el estómago. Cuando se mueven, el estómago se abre y entonces
dicen :
-Tenemos
hambre.
Y hacemos cola en un restaurante
que no merece ese nombre para que nos sirvan tres pizzas, dos botellas de agua,
dos fantas de naranja, un sándwich de pollo y otro mixto. Una chica, nerviosa
por la avalancha de padres que se suceden en el mostrador (se marcha uno y su
puesto lo ocupa otro al instante), toma nota del pedido y lo pasa a cocina,
donde lo preparan y lo colocan en una bandeja para que alguien grite tu nombre
y lo recojas y lo pagues.
La mesa que quedaba libre se mueve
un poco. Les decimos que tengan cuidado y no se apoyen demasiado. Colocamos
todas las pizas y los platos, y las patatas y los vasos aprovechando cada hueco
en un ejercicio que tiene algo de circense. Cada uno coge un trozo de pizza y
le da un bocado.
Con siete años, las piernas están
conectadas con el estómago. Cuando se paran, el estómago se cierra y entonces
dicen :
-Ya no tenemos hambre.
Sólo le han dado un mordisco.
Sostienen cada trozo de pizza con una mano, verticalmente. Afortunadamente, la
masa no se vence. Los cuatro nos miran con pena. Dentro de sus pupilas veo que
hay un pequeño reloj de arena. Es a ese reloj de arena al que le decimos.
-Dos mordiscos más y podéis seguir
corriendo.
Dan un mordisco y, sin masticar, le
dan el segundo. Y se marchan a correr.
martes, 3 de enero de 2012
Obras completas
Obras completas : Un par de tipos
vinieron a hablar con mi padre. Yo estaba en la pequeña oficina, pero no pude
escuchar de qué hablaban : sus espaldas, de boxeadores retirados, hacían de
muro, impidiendo que me llegara el discurso. Sólo escuché IVA y facturas. Mi
padre les despidió diciendo que no. Uno de ellos, un tanto extrañado por la
respuesta, se me quedó mirando al salir.
-La mejor universidad es la calle –
me dijo, fijándose en los libros de la carrera que yo tenía junto al ordenador.
Hoy salimos de comer con los enanos
y vamos dando un paseo hasta los Verdi. Eso está y no está en la fotografía.
Como todos estamos de vacaciones, tratamos de aprovechar todo el tiempo para
hacer cosas juntas. La paternidad comprimida. Antes, espectáculo en el Conde
Duque con una niña que recibe un monstruo de regalos de cumpleaños. Más tarde,
una cena con los primos. También eso lo puedo ver en la imagen.
Sabemos que deberíamos pasar más
tiempo en casa repasando y estudiando, pero la prioridad, ahora, es hacer cosas
juntos y disfrutar de un sol que parece estar de buen humor. Quién sabe, tal
vez vea cosas que nosotros no podemos.
Me encuentro con la pintada al
salir del restaurante “Con dos fogones” y le hago una fotografía. Me acuerdo
del tipo con espalda de boxeador al leer esta frase que, en tiempo de mensajes
de ciento cuarenta caracteres, podríamos ver como una obras completas. Se la
podría leer a los enanos para que vean lo que dicen en la calle y aprendan algo más, pero no me la
creo. Vaya tontería de frase : la vida somos nosotros mismos.
Subo corriendo por la calle. Para
ser fotógrafo lo más importante no es una buena cámara, sino un par de
zapatillas cómodas para alcanzar a la gente que ya ha perdido la paciencia
contigo y sigue caminando cuando dices :
-Espera, que voy a hacer una foto.
Así que subo corriendo. Esto no
puede ser sano después de comer.
lunes, 2 de enero de 2012
Oráculo doméstico
Oráculo doméstico : La casa sigue en
silencio al llegar del gimnasio : es el premio por madrugar. Empiezo “Purga”,
de Sofi Olsen, con las cortinas del salón abiertas para aprovechar toda la luz
que pueda llegar de un cielo cubierto, tan distinto al de ayer. Leo sin prisas,
con un ritmo de vacaciones. La novela no está mal pero en la página setenta y
cuatro no ha hecho méritos todavía para los elogios que ha recibido.
“Una obra maestra” – Dice en la
contraportada una tal Nancy Huston. No sé quién es Nancy Houston. A lo mejor
tiene una granja de salmón en noruega.
El día se va abriendo y la parte
del toldo que cae por debajo de la barra que hace de contrapeso comienza a agitarse,
extendiendo y recogiendo por el salón la luz del sol con el ritmo que marca un
viento algo inquieto. Me gusta cómo es
sol llega a las páginas del libro y después desaparece. La escena tiene cierto
toque marinero.
Llego hasta la página setenta y
cuatro porque es el momento en el que se levantan Daniel y Lucía. Me han
concedido un buen rato de lectura, así que no puedo quejarme. Primero entra
Daniel y al rato Lucia. Daniel me pide el mando y pone Clan Disney.
-Este Fineas y Ferb es nuevo –
dice, como reclamando inmunidad diplomática para el capítulo.
No importa, me digo, porque he
leído bastante. Me marcho a la cocina a prepararles el zumo. No pongo la radio,
para disfrutar un poco del silencio y para centrarme en el propio zumo. Me
acerco a la cesta en la que están las naranjas y selecciono las tres que me
parecen más jugosas. Se nota en la piel, lisa y sensible a la presión del
pulgar.
Del cajón saco el cuchillo y corto
la primera. Me gusta ver que no me he equivocado, que la cáscara es fina y los
gajos repletos de zumo. Pero en esta naranja repleta no veo sólo el vaso de zumo que puedo
hacer sin esfuerzo, sino cierta intuición sobre lo que va a ser el día, como un
oráculo doméstico.
El cuchillo sobre el cristal, el
agua en el filtro, el motor de la exprimidora. Ruidos que le dan consistencia
al desayuno. La respuesta del oráculo, en forma de olor, permanece en los dedos
toda la mañana.
domingo, 1 de enero de 2012
Notas difusas
Notas difusas : Las líneas del
pentagrama que leen los músicos del Concierto de Año Nuevo se convierten, en el
patio, en las cuerdas de la colada, con dos pinzas, como notas difusas, que
esperan al sol, sin saber el peso de lo que tendrán que aguantar este año. Desde
este momento de la fotografía, el pentagrama empieza a llenarse de notas :
aunque no se haga nada, se van acumulando ya los silencios.
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